Cuando alguien nos muestra buen corazón nos hace bien, lo mismo ocurre cuando ofrecemos bondad. La bondad está ligada a lo más tierno e íntimo que llevamos en nuestro interior. Al tocar este núcleo de ternura, nuestro mundo afectivo se enriquece .
HONESTIDAD: Conocernos a nosotros mismos es condición sine quanom de la salud mental. En primer lugar debemos dejar que los otros nos conozcan sin mentiras ni dobleces. El no tener que fingir simplifica nuestra vida. Si en la base de la bondad hay falsedad, deja de ser bondad y se convierte en falsa cortesía. Ser honesto significa asimismo reconocer un problema en lugar de fingir que no existe. La psicoterapia sólo funciona en una buena relación, y una buena relación solo es buena si es honesta.
CALOR HUMANO: El infierno es la ausencia de todo sentimiento. Es la negación del calo: un lugar tenebroso y siniestro en el que uno está solo y sin amor.
No podemos vivir sin el calor y la proximidad de los otros. El calor físico, es imprescindible para vivir. El calor es una necesidad biológica fundamental. El calor de otra persona nos tranquiliza, sana nuestras heridas, nos consuela y hace que nuestras posibilidades afloren. El calor pone de realce nuestra personalidad y hace que nos sintamos especiales e indispensables. No sólo basta con tocarse y abrazarse, el calor deviene una cualidad más sutil, la intimidad, no sólo física, sino psicológica y espiritual. Es la facultad de entrar y dejar que entren, de conocer y dejar que nos conozcan. De revelar nuestros sueños, nuestras facetas más extrañas y turbadoras. De vivir sin temor. El calor hace que la vida sea más fácil. En una situación cálida y amable es más fácil pedir un fvor y conseguirlo, decir cosas desagradables, aceptar y ser aceptados, reir y gozar. El calor humano en la infancia y mostrarse abierto al placer corporal es el medio más sencillo de transformar nuestra psicobiología de violencia en una psicobiología de paz. El calor de los padres en la adolescencia ayuda a estos a sentirse bien consigo mismos.
PERDON: Es un acto íntimo destinado a que nos reconciliemos con el pasado y saldemos viejas deudas. Antes de olvidar la injusticia, debemos sentirla y reconocerla plenamente. Es importante saber expresar nuestra ira, sin lastimar a nadie para que la bondad tenga cabida en nuestro corazón. Solo conseguiremos perdonar si nos situamos en el lugar del otro; si en vez de juzgarle tratamos de comprenderle: si somos lo suficientemente humildes para dejar de ser el santo patrón de la justicia, y lo bastantes flexibles para superar las ofensas y los resentimientos. Si hallamos en nosotros ese lugar en el que nos sentimos felices e íntegros, nos resulta fácil perdonar.
CONTACTO: Los motivos por los que no tomemos contacto con los demás pueden ser : porque nos sentimos inferiores, superiores, tememos que nos invadan, o tememos sentirnos humillados o heridos. La facultad de entablar contacto es un don, conocer la forma idónea, el comentario, el lenguaje corporal que expresa receptividad y espontaneidad, una sonrisa, una mirada, sin invadir, nos llega a lo más profundo. Existen diversas formas en que podemos crecer: a través de la creatividad, la música( sincronizar las almas con el ritmo), la poesía, la meditación, mostrándonos receptivos a la belleza, a través del ejercicio físico, la oración…..Son personas capaces de evocar el alma. El contacto es una puerta a través de la cual fluye la bondad.
SENTIRSE INTEGRADO: En nuestra época fluctuamos entre dos opuestos: la uniformidad y el anonimato de la masa, y la fascinación de la originalidad del individuo. Con frecuencia olvidamos que pertenecemos a una comunidad. La sensación de que formamos parte de un todo más importante que nosotros, con el que estamos física, mental y espiritualmente ligados, es necesario para nuestro bienestar.
CONFIANZA: Nos ayuda y enriquece, multiplica nuestras posibilidades. “ Sé que eres de fiar”. El regalo de la confianza demuestra nuestra relación otorga poder a la otra persona y amplía sus posibilidades. No podemos controlarlo todo, al abandonarnos obtendremos un importante beneficio espiritual, nuestro corazón se abre.
PRESTAR ATENCIÓN: Si uno piensa en el pasado y anticipa el futuro, no vive el momento presente. Siempre estamos inmersos en el presente. Cada momento es una sorpresa. Prestar atención, estar despierto, constituye la base de la bondad.
EMPATIA: La capacidad de comprender los sentimientos y puntos de vista de otras personas. Nos alegramos cuando alguien comparte nuestros momentos felices, pero cuando tenemos problemas es cuando más necesitamos que alguien nos comprenda.
La compasión es el resultado último y más noble de la empatía. Es una cualidad espiritual, nos aleja de nuestro egoísmo y codicia. La compasión es la relación en su estado puro, sin juicios de valor.. Me sentiré comprendiendo por usted y usted por mí. Si usted sufre, desearé que su sufrimiento cese, y si yo sufro, sé que usted me apoyará. Si usted es feliz, yo lo seré también, y si las cosas me van bien, sé que usted se alegrará.
HUMILDAD: Conocer nuestro puntos débiles y aceptarlos, por doloroso que sea. Ser honestos con nosotros mismos. Cuando la imagen y la sustancia coinciden, tenemos humildad. No tratamos de parecer distintos, nos mostramos cómodos con nuestros defectos y debilidades.
No somos el centro del universo. Los que se contentan con lo que tienen son más felices que otros.
PACIENCIA: es la habilidad de comprender y respetar nuestros ritmos y los de los demás. Podremos conocer la naturaleza del otro más íntimamente.
GENEROSIDAD: Sentirse parte de un todo en el que es posible compartir recursos, emociones y nuestro propio ser. Para la persona generosa los límites se hacen permeables. Lo que es tuyo- tus sufrimientos, tus problemas-, también es mío. Esto es compasión. .Lo que es mío-mis, bienes, mi cuerpo, mis conocimientos y facultades, mi tiempo y mis recursos, mi energía-, también es tuyo: generosidad. Somos capaces de dar lo que es más preciado para nosotros. Nos hacemos más libres.
RESPETO: Nos aceptan por lo que somos, no por lo que podemos llegar a ser. Al ver, damos vida, nuestra atención aporta energía. La mirada es creativa porque es capaz de conmover y transformar a las personas. Ser capaces de ver el alma de la persona. Si cambio mi percepción sobre ti, tu cambiarás. También nosotros nos haremos diferentes si vemos las cualidades de los demás. El respeto no es sólo ver, sino en escuchar con oídos atentos. Una auténtica comprensión requiere pausa y atención. Capacidad de escuchar lo que el otro dice, lo que no se dice y cómo lo dice ( oímos la voz del alma). El respeto es reconocer al otro plenamente. Dejar que los demás sean como son.
FLEXIBILIDAD: Todo está en constante cambio, nuestro cuerpo, nuestras ideas, los amores, la amistad. La única forma de sobrevivir está en el arte de adaptarse a los acontecimientos que nos pillan siempre por sorpresa. Es una sabiduría práctica, una inteligencia que vive en el presente y que posee la facilidad para adaptarse a las nuevas circunstancias. También es una cualidad espiritual en el sentido de saber liberarnos de nuestras ataduras, prestar atención al presente y aceptar las cosas como son.
MEMORIA: Nos sentimos unidos a las personas que comparten con nosotros ciertos recuerdos del pasado. Esta memoria es esencial. Muchos aspectos de nuestra personalidad dependen de cómo fue nuestra relación con la madre de pequeños. Las personas que pertenecen a nuestra historia forman parte de nosotros, y necesitamos su presencia y apoyo para sentirnos fuertes e íntegros.
LEALTAD: Es la capacidad de durar a pesar de los momentos difíciles y problemáticos. Significa estar con. En la relación que hemos tenido con nuestra madre debe haber habido apoyo infinito, no a cambio de beneficios, no debido a un don o talento, a si somos guapos o feos, sañoso enfermos, inteligentes o estúpidos. Nuestra madre nos ha amado en todo caso, incondicionalmente. Así nos programamos para ofrecer y recibir lealtad.
La lealtad va unida a la fiabilidad( coherencia interna) y a la fidelidad( a nuestros propios sentimientos).
GRATITUD: Reconocer el valor de lo que la vida nos ofrece. Comprendemos que no podemos arreglárnoslas solos, que nuestra felicidad depende de que hayan otras personas ( debemos renunciar a nuestro orgullo). La verdadera gratitud nace sólo cuando están presentes la solidaridad y la conciencia del mal.
SERVICIO: Cuando alguien tiene un gesto amable con nosotros lo recordamos siempre. Hay muchas formas de poder hacer que otro ser humanos se sienta mejor. Al sentirnos útil para el otro aflora lo mejor de uno mismo. Dejamos temporalmente nuestras necesidades para ayudar a los demás. Esto nos libera de nuestro ego y es la clave de nuestra libertad. El triunfo de corazón.
ALEGRIA: Tener un talante feliz y optimista constituye la base de la bondad. Tener sentido del humor, ser capaz de ver las contradicciones y los absurdos de nuestra vida y no tomarnos excesivamente en serio nos hace más libres, como lo es nuestra conciencia. La alegría proviene de ser capaces de hallar un significado en nuestra actividad, cuando todo el ser se implica en un actividad que implica disciplina, atención y pasión. Nos hace felices gozar de la belleza de la naturaleza, estar en compañía de alguien a quién amamos, realizar una actividad física, leer un libro, escuchar música, redescubrir la soledad. Es esencial ser transparente en las intenciones. No hay orgullo, ni expectativas. Ignorante y satisfecho, el hombre bondadoso recorre los senderos del mundo repartiendo felicidad a todos.