El niño es una esponja que se adapta a su medio. De ahí que la naturaleza de la relación entre él y su ambiente determine su conducta.
Cuando miramos de forma completa a una persona, tenemos en cuenta su realidad física, emocional, mental, social y espiritual como un sistema integrado e indisoluble.
La necesidad de realizarse más plenamente como ser humano, conlleva a ser más sensible, a estar más vivo en relación a lo que nos rodea.
Es un problema muy importante que el hombre se sienta desconectado del mundo, entonces este mundo aparece ante su mirada como algo externo, algo que se le opone y ante lo que hay que enfrentarse.
Aplicando una mirada más profunda del ser humano, les invitamos a que puedan alimentar en sus hijos la capacidad de ser más receptivos con la realidad, a lo que esta nos dice, sin lamentables distorsiones virtuales; A ensanchar los poros de la sensibilidad para captar lo que sucede en el exterior con la máxima trasparencia.
Es de vital importancia saber qué es lo que se juegan tus hijos cuando dedican su tiempo a vivir la violencia “virtual” y psicológica.
El videojuego violento insensibiliza, distorsiona y adormece la atención completa, dando rienda suelta a las pulsiones violentas más elementales que pueden llegar a transformarse en hábitos convirtiendo a nuestros hijos en psicópatas virtuales.
Muchas casos de violencia juvenil, están relacionados con consumidores habituales y adictos a este tipo de videojuegos. Asesinos del roll, matanzas en colegios…
Los estudios científicos de Columbia, entre muchos otros, muestran que una zona del cerebro responsable de la represión, de las conductas indebidas o injustificadas, tales como la agresión, se tornaron menos activas después de que los sujetos estudiados vieran varios clips de video que mostraban actos de violencia tomados de películas populares.
Estos cambios pueden hacer que las personas sean menos capaces de controlar sus propios comportamientos agresivos. De hecho, el informe destaca que la disminución de la actividad en esta región cerebral es característica de las personas con una tendencia a comportarse agresivamente por encima de la media. Esto se midió a través de una exhaustiva prueba de personalidad.
Algo que nos pasa inadvertido en nuestras propias casas se está convirtiendo en una verdadera bomba social en la cabeza de nuestros hijos.
LA TELA DEL HÁBITO
Somos libres para crear y decidir.
Tenemos capacidad para discernir lo que construye de lo que destruye.
Podemos distinguir lo que nos une de lo que nos separa.
Estamos llamados a desarrollar al máximo nuestra atención, a cuidar cada segundo de nuestra existencia como un tesoro.
Perder la capacidad de sorprendernos y de sensibilizarnos nos deshumaniza.
Ayudemos a nuestros hijos a ser responsables proponiéndoles hábitos para crecer.
La vida nos ofrece muchas posibilidades.
Enseñémosles a nuestros menores a hacer su propio camino.