Procura estar receptivo a la experiencia inmediata, abrir la puerta de tus cinco sentidos y desde un estado de calma vivir el presente.
No permitas que tus pensamientos se fijen creando una realidad virtual, todo cambia, tus emociones son energía en movimiento, al observarlas ya se trasforman.
Permanece atento a dónde diriges tu mente y cobra conciencia o date cuenta de lo que percibes, sientes o piensas, manteniendo una percepción fluida de tu experiencia sensorial.
Conciencia clara y lúcida: Distinguir la atención como una función direccional de la mente en contraste con la capacidad de cobrar conciencia o –darse cuenta- de algo que percibes, sientes o piensas.
Definición de la meditación de conciencia plena: El arte de mantenerse plenamente consciente con gran receptividad de lo que surge momento a momento en tu experiencia de cuerpo, emociones y mente.
Te puedes percatar de la dimensión abierta y cambiante de tu experiencia, tus estados de conciencia se vuelven más espaciosos y más profundos.
Estos estados de conciencia despiertan inteligencias poco usadas, avivan tu potencial creativo y compasivo.
UNA SESION DE MEDITACION EN QUIETUD: ( se puede hacer caminando, sentado o acostado)
-Los próximos 35 minutos vas a estar presente a todo lo que surge en tu experiencia de cuerpo y mente momento a momento.
Solo, sentado, no hay nada que hacer, nada que lograr, solo estar PRESENTE.
Después de cinco minutos comienzan a despertar cinco principios (permitir que se integren en colaboración orgánica).
RECEPTIVIDAD INCONDICIONAL: no rechazar, no retener ni perseguir nada de lo que surge en tu experiencia de cuerpo, emociones y mente. Dejar ser a fondo tu experiencia inmediata, sin conceptos.
La actitud meditativa esté basada en considerar el placer y el dolor como experiencias naturales que, si bien tienen una calidad particular, comparten la naturaleza cambiante, abierta y fluida de todo.
Al desistir de intentar rechazar lo desagradable y retener lo placentero te estás colocando en el corazón mismo de la ecuanimidad (no interferir en su proceso natural de surgir, transcurrir y pasar).
Al cobrar conciencia de las sensaciones o pensamientos sin aferrarte a una sensación ni dejarte seducir por el argumento de los pensamientos, te brindas la oportunidad de conocer su textura natural, la cual puedes experimentar simplemente como energía en transformación.
No perseguir experiencias, contactar con la experiencia inmediata. Conectarse con curiosidad, lucidez y aceptación con lo que está presente en la percepción en el momento presente.
CLARIDAD: abrir la puerta de los sentidos te revela loa constante transformación de todo lo que percibes o sientes. Una percepción desnuda de lo que surge en los sentidos momento a momento tal como es, sin convertirlo en conceptos.
Las puertas de los sentidos son seis, cada una se abre a un campo sensorial distinto. Cada una de ellas se relaciona con un órgano sensorial específico: el ojo, el oído, la nariz, la lengua, el cuerpo y la mente. Toda percepción es energía captada e interpretada y procesada por las funciones del cerebro-mente que la convierten en una impresión sensorial dinámica de la cual puedes volverte consciente. La percepción es un acto creativo y dinámico.
A veces la desconexión sensorial y la pérdida de claridad suceden porque te metes de lleno en los escenarios de la realidad virtual de futuro o de pasado.
A través de la meditación puedes cobrar conciencia de las sensaciones agradables o desagradables y descubrir qué ocurren y evolucionan de manera distinta según cómo te relaciones con ellas.
A medida que la claridad se vuelve más estable, la visión profunda comenzará a desempeñar un papel más preponderante en la meditación, permitiéndote sentir la naturaleza dinámica y transitoria de cada instante de percepción y sensación. Estarás llegando a un conocimiento más profundo: la naturaleza interdependiente y cambiante de todo.
Al llevar una mirada profunda y receptiva a los diferentes componentes dinámicos de una emoción, comenzarás a relajar tu apego a los objetos mentales y sensoriales a los cuales está vinculada una emoción que te perturba y limita. Este es el despertar de la inteligencia emocional.
CALMA: la acción sutil que da vida al principio de calma es integrar la atención. Esta acción sutil tiene dos aspectos, el primero y más importante es permitir que la atención se integre con la receptividad y la claridad de manera orgánica. El segundo aspecto es opcional, pero a menudo muy útil: posar la atención suavemente en algún campo sensorial en particular o en un proceso dentro de este.
Cuando tu atención se integra, se vuelve transparente quedando solamente la percepción fluida de tu experiencia sensorial.
Un temor inconsciente que te genera inseguridad te lleva a desconectarte de tu contexto sensorial y reaccionar en un intento por controlar y definir, en vez de enfocarte en conocer y descubrir.
Cuando habitas el momento presente con receptividad y claridad, tu atención se relaja, se integra con el contexto vivo y se estabiliza de manera orgánica.
El propósito de la práctica no es el entrenamiento de la atención o la concentración, aunque siempre hay un gran beneficio en estas áreas. El propósito principal es que tu sentido de ser surja de la naturaleza cambiante de tu experiencia.
La dificultad de mantener esta curiosidad contemplativa radica en que tu experiencia sensorial no parece ser tan interesante como el drama de la realidad virtual creada por los pensamientos.
Cuando decides posar tu atención con todos los sentidos a la vez ( vista, cuerpo, oído, olfato, gusto, mente, cuerpo)surge una experiencia que podríamos llamar campo unificado de conciencia. Si cuando aproximas la meditación como un campo unificado de conciencia no sientes ni percibes el cuerpo o las emociones, o no te das cuenta del momento en qué surge el diálogo interno, tu practica perderá su potencial de liberar los hábitos psicofísicos en éstos campos sensoriales.
Posar y mantener relajadamente tu atención en un campo sensorial en particular te permite cultivar sensibilidad y conciencia clara de los fenómenos energético-sensoriales que ocurren en el organismo psicofísico, y ello hace posible que puedas sentir y percibir lo que antes no estaba visible para ti.
La combinación entre foco y amplitud es efectiva, pues ambos aspectos colaboran entre sí.
Ej: las sensaciones de la respiración se mezclan con los sonidos, o los pensamientos se mezclan con la respiración.
Cuando la meditación se vuelve un esfuerzo tenso por concentrar la atención, lo mejor es reducir u olvidar la atención focal, y despertar curiosidad a lo que está surgiendo en tu experiencia inmediata en los demás campos sensoriales, en particular en el cuerpo físico-emocional.
Meditar posando tu atención en el cuerpo es el equilibrio entre una mayor presencia (el foco) de las sensaciones del cuerpo de contacto, temperatura, tensión y movimiento y las sensaciones sutiles. Esta meditación aparte de traerte grandes beneficios fisiológicos que resultan de la reducción del estrés, promueve la liberación de la energía psicofísica invertida en patrones mentales emocionales más profundos o subconscientes.
Estar atento al cuerpo emocional implica ser paciente, permitiendo que los sentimientos se abran, fluyan y se relajen a su propio tiempo, sin presionarlos. El espíritu con que se hace esto es más parecido al de un juego cuyo propósito es reconocer y aceptar la presencia de una emoción que estabas alejando o reprimiendo, e incrementar tu sensibilidad a su expresión en el cuerpo emocional.
CONCIENCIA DEL AHORA
En este estado se desvanece el lenguaje verbal y sientes que tu mente se actualiza momento a momento. Resulta imposible definir los límites de las impresiones sensoriales: dónde empieza y dónde acaba un sondo, una sensación, una emoción o un pensamiento. Lo que percibes son fenómenos dinámicos sin una esencia propia que se sostenga de un segundo a otro, pues su transformación constante no permite que se solidifique en algo fijo. Los estados de conciencia del ahora te llevan a una experiencia de totalidad, como un gran abrazo que incluye absolutamente todo lo que está ocurriendo. Este mismo sentido de totalidad conlleva una visión de complejidad, completitud e interdependencia: nada falta, nada sobra y todo existe en una red de condiciones dinámicas.
AMOR INCONDICIONAL:
Es cuando la energía vital se convierte en una conexión amable y profundamente apreciativa con lo que percibes, tal y como es. Esta conexión comienza a darse en la medida en que tu energía vital deja de invertirse en los patrones mentales y se integra en el continuo de cuerpo- emociones-mente, propiciando así una relación amable con lo que percibes.
El contacto amable, paciente e íntimo con la naturaleza cambiante de lo que percibes y sientes a cada instante tenderá a abrir tu corazón. Esto se experimenta como una positividad emocional hacia ti mismo y hacia tu entorno de seres vivos, naturaleza y elementos.
Es un estado de conciencia a la vez sereno y gozoso que persiste por igual en la presencia de sensaciones agradables o desagradables. La ausencia de reactividad hacia ellas, aunada a la percepción lúcida de su naturaleza cambiante y abierta, son los factores que la nutren.
Amor incondicional: capacidad de amar sin esperar nada a cambio y sin poner condiciones. Es la inclinación natural del corazón al contactar con uno mismo, con otros seres y con situaciones cuando no hay miedo, ira o apego, cuando no hay juicios ni ideas fijas de por medio.