Cada uno de nosotros posee una naturaleza interna de base esencialmente biológica, que es hasta cierto punto “natural”, intrínseca, innata y, en cierto sentido, inmutable.
Esta naturaleza interna no parece ser intrínseca, primordial o necesariamente perversa.
Las necesidades básicas ( vida, inmunidad y seguridad, pertenencia y afecto, respeto y auto-respeto, auto-realización), las emociones humanas básicas y las potencialidades humanas básicas son neutrales, premorales o positivamente buenas.
Puesto que esta naturaleza interna es buena o neutral y no mala, es más conveniente sacarla a la luz y cultivarla que intentar ahogarla. Si se le permite que actúe nos desarrollaremos saludable, provechosa y felizmente.
Esta naturaleza interna es débil, delicada, sutil y fácilmente derrotada por los hábitos, presiones sociales y las actitudes erróneas a su respecto. Aun cuando es débil, presiona de continuo por salir a la luz.
Todo esto hay que conjugarlo con la inevitabilidad de la disciplina, privación, frustración, dolor y tragedias, experiencias que guardan relación con un sentimiento de auto-respeto y autoconfianza saludables.
Ser fieles a nuestra propia naturaleza, a nuestro destino, nuestras capacidades y nuestra vocación en la vida.
Solo una persona dotada de una creatividad flexible puede realmente dirigir el futuro, sólo aquella que pueda enfrentarse a la novedad confiadamente y sin temor.
La mayor parte de las neurosis incluyen, junto con otros determinantes complejos, deseos insatisfechos de seguridad, entrega, identificación, de relaciones amorosas íntimas y de prestigio y respeto. Es decir de la privación de ciertas necesidades básicas.
Hay una gran diferencia entre el amor-del Ser ( amor hacia el Ser de otra persona, altruista)y el amor deficitario( amor egoísta).
El amor al Ser proporciona placer, no es posesivo y es admirativo. Pude disfrutarse de él sin límites, es un fin más que un medio. Sin sombra de duda. Hace posible la más verdadera y penetrante percepción del otro.
Los amantes del Ser son más independientes el uno del otro, menos temerosos, menos necesitados, más desinteresados y al mismo tiempo más ansiosos por ayudar al otro hacia su autorealización.
El amor del ser en un sentido profundo crea al compañero. Le proporciona una imagen de sí mismo, una auto-aceptación, una sensación de ser digno de amor, todo lo cual le permite desarrollarse.
Los niños que crecen saludablemente se encuentran demasiado ocupados disfrutando y viviendo el presente de forma inmediata.
El desarrollo del ser tiene lugar cuando el próximo paso hacia delante es-desde un punto de vista subjetivo- más agradable, más subyugante, más intrínsicamente satisfactorio que la gratificación previa con la que estamos familiarizados y de la que estamos ya cansados.
El niño saludable, que como tal es Ser, como parte de este Ser, es curioso de forma desordenada y espontánea, explorador, deseoso de saber, interesado. La experiencia espontánea y creativa acontece sin previsión, planificación, finalidad u objetivo.
¿Qué es lo que detiene entonces el desarrollo del niño?
Debemos darnos cuenta del poder fijativo y regresivo de las necesidades deficitarias no satisfechas, de las atracciones de la inmunidad y de la seguridad, de las funciones de defensa y protección contra el dolor, miedo, pérdida y amenaza, de la necesidad de CORAJE para seguir los pasos del desarrollo.
Resumiendo: Avanzamos en el desarrollo cuando los goces del mismo y las ansiedades de la seguridad superan las ansiedades del desarrollo y los goces de la seguridad. Sólo el niño que se siente seguro es capaz de avanzar en el camino de desarrollo.
Por consiguiente es el niño quien debe realizar la elección que le permita avanzar en el desarrollo.
La seguridad es la necesidad básica y más poderosa del niño. El niño preferirá prescindir de él, es decir de desarrollar su yo antes que renunciar a la seguridad.
Sólo el niño cuya necesidad de seguridad ha sido cubierta, se inclina por la elección del desarrollo. Sólo él puede permitirse el atrevimiento.
El desarrollo de la persona exige valentía, confianza en sí mismo y hasta osadía.
Si la elección del niño es realmente libre podemos esperar de él que progrese hacia delante.
Lo que produce placer al niño sano es también, en la mayor parte de los casos, “lo mejor” para él en relación con los objetivos lejanos.
En los casos en los que el contexto ambiental ha sido montado como permisivo, admirador, complaciente, seguro satisfactorio, reafirmante, protector, no-amenazante, no-valorativo y no-comparativo, es decir, en los que la persona puede sentirse completamente segura y libre de amenazas, resulta posible que pase, después de haber sacado a la luz el goce de placeres menores tales como la dependencia o la hostilidad, a gozar de placeres más elevados, tales como el amor y la creatividad.
Es necesario tener valor para que crear. Es comprensible el momento de temor pero debe ser superado para que pueda existir la creación.
El terapeuta bueno de verdad actúa como si el desarrollo fuera posible. El profesor bueno de verdad incluirá a la hora de enseñar un respeto y comprensión grande (con amor y dulzura) a cerca de las fuerzas regresivas y defensivas. Sólo aquél que respeta el miedo y la defensa puede enseñar.
Todos los impulsos psicológicos y factores sociales que contribuyan a aumentar el temor, reducirán nuestro IMPULSO POR CONOCER; todos los factores que permitan la valentía, libertad y atrevimiento, liberaran por consiguiente nuestra NECESIDAD DE CONOCER.
Hay que diferenciar dos tipos de amor: el amor deficitario y el amor al ser.
El que ama al ser puede captar realidades en el amado que otros son incapaces de ver, es decir puede tener una percepción más aguda y penetrante.
En el conocimiento-S la experiencia del objeto tiende a ser vista como un todo global, como una unidad completa, abstraída de cualquier relación, de cualquier posible utilidad, conveniencia o finalidad. Es percibida como si no existiera nada más en el universo. Con una “ atención total”.
El conocimiento-S puede ser denominado también conocimiento no-comparativo, no valorativo o no-judicativo.
La percepción concreta de la totalidad del objeto implica también una visión “cuidadosa” del mismo. Puede verse con más claridad la naturaleza de la realidad misma y penetrar con más profundidad su esencia
Las personas que se auto-realizan tiene la posibilidad de contemplar el mundo como algo independiente, no sólo de ellas, sino de los seres humanos en general. Los amantes pueden ver en el otro potencialidades que el resto de la gente no ve. La percepción puede ser altruista. Se puede hablar de la identificación del perceptor con lo percibido, el yo desaparece, se fusiona.
La totalidad del ser – cuando es contemplada lo más completamente posible y desde un punto de vista elevado-, sólo puede ser neutral o buena, y el mal, el dolor o la amenaza, son sólo un fenómeno parcial, una consecuencia de no ver el mundo como un todo y una unidad.( No se trata de negar el mal, el dolor y la muerte, sino de reconciliarse con ellos).
Los valores del SER:
1) Totalidad (unidad; integración; organización; estructura, separación de la dicotomía; orden.
2) Perfección ( necesidad: justicia; determinación; inevitabilidad; conveniencia; equidad; plenitud; inmejorabilidad).
3) Consumación ( terminación; finalidad; justicia;” estar terminado”; realización.
4) Justicia ( rectitud; orden; legitimidad; autenticidad)
5) Vida ( proceso; no estar muerto; espontaneidad; autorregulación; funcionamiento pleno.
6) Riqueza ( diferenciación; complejidad; intrincación).
7) Simplicidad ( honestidad; desnudez; esencialidad).
8) Belleza ( rectitud; forma; vida; simplicidad; riqueza; unicidad; honestidad).
9) Bondad ( rectitud; apetecibilidad; inmejorabilidad; justicia; honestidad.
10) Unicidad ( ausencia de comparabilidad )
11) Carencia de esfuerzo
12) Alegría ( placer; gozo; humor; carencia de esfuerzo).
13) Verdad ( honestidad; realidad.
14) Auto –suficiencia (autonomía; independencia; “ carencia de necesidad de ser otro que uno mismo a fin de ser uno mismo”; autodeterminación; trascendencia del medio; vivir de acuerdo con las propias reglas.
La reacción emocional en una experiencia cumbre posee un sabor especial de admiración, pasmo, reverencia, humildad u rendimiento ante la experiencia como ante algo grande.
Otro aspecto de estas experiencias es la pérdida de temor, ansiedad, inhibición, defensa y control. Lo que implica una mayor apertura en la percepción.
El amor es una regresión, quién no puede retroceder, no puede amar. Las personas maduras son al mismo tiempo infantiles.
En las experiencias cumbre la persona se siente más integrada, más responsable, más seguro de sí mismo, más libre de dudas y temores, más espontáneo, expresivo e inocente, más creativo, más capacitado para escuchar ( centrado objetivamente en la experiencia), más respetuosa en el amor a uno mismo y en el amor a los demás, más carente de necesidades y deseos, más alegres , agradecidos y humildes.